La vida en nuestro planeta suele ser vista como un milagro (o error) probabilístico. Sumado a esto, el hecho de que esta haya podido evolucionar desde criaturas marinas a monos con banderas es un suceso aún más extraño. Salir del mar, caminar en dos patas y construir naciones son prácticas que hasta donde sabemos solo han ocurrido aquí, en la Tierra. Pero es válido preguntarse ¿será que somos los únicos en el universo que han llegado a tal nivel de desarrollo? ¿acaso habrán otros seres inteligentes, en sus respectivos hogares, leyendo artículos sobre si otros también lo lograron?. La exploración de la vida en el espacio nos ha dado más preguntas que certezas y es un motor para nuestra cultura. A pesar de la ambigüedad del asunto, personas como Frank Drake nos han ayudado a encaminar las dudas y entender los atisbos de respuestas que hemos recabado sobre este tema.
«Ningún científico serio trabajaría en esta área»
Muchos obtenemos la semilla de nuestras motivaciones a temprana edad. En el caso de Drake, tenía 8 años cuando su vida se orientó hacia la astronomía. Según National Geographic, su padre le comentó que existían otros mundos en el espacio. La mente del futuro científico fue más allá de imaginarse planetas vacíos, sino que se aventuró a pensar en versiones alternativas de la vida en la tierra. Esta interpretación que realizó se puede considerar como el inicio de su devoción por el espacio, la que lo llevaría a obtener una licenciatura como ingeniero físico en la Universidad de Cornell y a estudiar astronomía en Harvard.
El proyecto Ozma, llevado a cabo por Frank Drake, fue un hito en la investigación de vida extraterrestre. Su objetivo principal era buscar señales de radio de provenientes de otros planetas, las cuales confirmarían la presencia de vida inteligente. No encontró ninguna pero sirvió para estimular a otros investigadores. Los cuales, a pesar de esto, seguían siendo una excepción. De acuerdo al diario español El País, Drake habría llegado a afirmar que «ningún científico serio trabaría en esa área». Sin embargo, el astrofísico Daniel Marín argumenta en su blog Eureka que Ozma constituyó el primer esfuerzo significativo, que más tarde daría luz verde a instituciones tan importantes como el SETI.
Si a los que nos interesa leer sobre la búsqueda de vida en otros cuerpos celestes somos cuestionados, podrán imaginarse las criticas que llegan hacia los científicos que investigan el asunto. Una manera de dimensionar dicha situación es la película Contacto, que funciona como adaptación de la novela del astrónomo Carl Sagan. En el film podemos ver la influencia tanto de los prejuicios religiosos como de los que consideran un desperdicio de dinero el teorizar e investigar sobre si hay vida más allá de nuestro planeta.
Una ecuación para encontrarlos a todos
Al leer la palabra «ecuación» uno probablemente piense en algo matemáticamente exacto, cuya solución debería ser algo inmutable. Esta lógica no aplica para el caso de la operación diseñada por Drake para calcular las probabilidades de vida extraterrestre. Resulta que utilizar la palabra «calcular» sería engañarnos a nosotros mismos: el fin de este ejercicio lógico no era obtener un resultado definitivo, sino pensar cuántos factores podían influenciar en el surgimiento de vida en otros astros. En un articulo escrito por la hija del científico, ella recalca el sentido reflexivo de esta pieza. A pesar de esto, también se ha intentado resolverla de la forma tradicional.
La historia de cómo se formuló también es algo que llama la atención de quienes nos interesamos en la astronomía. Acompañando a Drake estaba Carl Sagan, quien años después crearía la serie Cosmos, considerada un hito en la comunicación de la ciencia. Sea en su formato original o en la continuación realizada por Neil deGrasse Tyson, este espacio abrió las puertas de la ciencia para muchos (me incluyo) que la mirábamos desde lejos. Además de esta dupla, también estaban presentes científicos como Philip Morrison, quien comandó el Proyecto Manhattan o Melvin Calvin, quien después ganaría el Premio Nobel de Química, entre otros.
El sueño que no se cumplió en vida
La vida de Frank Drake terminó el 2 de septiembre. Su sueño era alcanzar a confirmar la existencia de vida extraterrestre antes de morir, el cual no logró realizar. Me enteré a los días después y confieso que no tenía tan clara la importancia de este hombre. Hice la relación entre su apellido y el nombre de la ecuación pero no fue hasta que busqué un poco más que me di cuenta de la relevancia de quien partía. Será tarea de nosotros, los que quedamos, cargar con el legado de alguien que venció los prejuicios de su era. Cuando el resto de la comunidad científico miró con recelo e incluso llegó a burlarse de esta área de estudio, Drake supo aguantar y seguir investigando sobre lo que lo apasionó desde pequeño.
Cualquiera que sea capaz de mirar al cielo y pensar que otro podría estar devolviéndole la mirada debería poder entender la pasión de hombres como Frank Drake. Incluso para los crecimos abrazando la cultura pop y sus extraterrestres. Los no entendimos Arrival a la primera o los que nos cuestionamos nuestra posición en el universo con Rick & Morty. Entonces con mayor razón deberíamos entender el deseo de darle una mirada seria a estos asuntos y buscar si realmente estamos solos.